miércoles, 7 de agosto de 2019

LA ERA DE LA MANIPULACIÓN Y LA POSVERDAD


Los medios de comunicación modernos prometen ser tan o más útiles a las malas prácticas sociales que los medios tradicionales existentes, pues demuestran una gran efectividad para implantar en el acervo colectivo ideas dóciles a los intereses de los grupos de poder. 

Nunca antes fue tan peligroso estar mal informado, o mejor dicho "desinformado" que en la sociedad actual. Estamos asistiendo al más burdo espectáculo de manipulación visto en la historia de la humanidad, uno en donde el debate de las ideas se cambia por el dogmatismo, las libertades por sesgos ideológicos y la verdad o la "información" por simple propaganda. Fuertes retos se avecinan para la sociedad y la información y sobre todo la capacidad para incorporarla, analizarla, cuestionarla y tomar posición respecto de su contenido es importante, sin embargo, el ciudadano actual producto de sistemas de educación deficientes y sesgados parece ser un campo fértil para el cultivo de odios, dogmatismos y verdades a medias que afectan su criterio y las decisiones colectivas en momentos en que se debate y está en riesgo la sostenibilidad de la vida en el planeta.

La era de la información se acaba dando paso a la llamada "era del conocimiento" y la cuarta revolución industrial, se vienen fuertes cambios en todos los ámbitos (disruptivos todos) y de los que depende el futuro de lo que será la sociedad humana en las próximas décadas y la sostenibilidad de los ecosistemas que sustentan la vida en la tierra. Nunca antes había existido una concentración de riqueza y poder como ahora, y a pesar de los balances positivos del modelo capitalista en cuanto a acceso a bienes y servicios, educación, salud, etc, todos sin excepción estamos de acuerdo en que todavía existe mucha población en condiciones de vida deplorable en países del denominado "tercer mundo" y el desarrollo económico exige cada vez más afectar los delicados equilibrios de los ecosistemas, en búsqueda de los recursos para sostener las demandas del aparato productivo que detenta la economía mundial, 

En esta lógica se vienen destruyendo páramos, ríos, selvas y mares, ya muchas comunidades ven como una amenaza a su estabilidad la voracidad de poderes transnacionales que buscan de manera fraudulenta y coartando poderes políticos nacionales y locales, concesiones sobre recursos naturales estratégicos para las subsistencia de comunidades enteras como el agua, el oxígeno o las mismas tierras para el cultivo del pancoger (sin contar con las semillas endémicas). En el país hay ejemplos claros de comunidades que ante la falta de sensatez de los gobernantes se han levantado  en protesta y protección de sus ecosistemas en consultas populares (mismas consultas que ya prohibieron desde el orden central porque subvierte el interés del estado de feriar los recursos naturales en busca de los dólares tan necesarios para seguir importando "basura" manufacturada para suplir la demanda de productos de una sociedad cada vez más voraz. 

Existen iniciativas "tímidas" de pequeños grupos de personas o "subculturas" producto de pequeños cambios sociales, derivados del relevo generacional que se pueden resaltar, y que son un oasis dentro del alarmante deterioro del planeta. así se trazan tendencias como la economía compartida o "sharing economy" que hace uso de las tecnologías de las información y las telecomunicaciones -TIC-y tiene como lógica principal el compartir los recursos físicos como principal respuesta a problemas a la vez que se generan ingresos económicos, y casos como el hacinamiento de vehículos en la ciudades (el auto compartido como la aplicación Uber Pool son un ejemplo), el alquiler temporal de espacios ociosos a personas de viaje (la aplicación AirB´n´B es otro ejemplo) o para poner un ejemplo más local podemos hablar de Rappi, el sistema de repartición de mercancías a domicilio sobre demanda a través del uso de personas que sin trabajo sirven a la plataforma como fuerza laboral 

A pesar de la advertencia de los científicos y ambientalistas y las cifras preocupantes de estudios e indicadores climáticos no parece haber voluntad general de cambiar el destino del planeta y esto ocurre principalmente porque quienes están en el poder no revierten la lógica del consumismo y los ciudadanos (mal informados o desinformados) no toman decisiones que reflejen claramente en el ámbito político esta voluntad de detener tendencias tan peligrosas como el calentamiento global. 

Finalmente, la percepción de comunidades y hasta países completos moldeada por medios de comunicación más poderosos que la radio, la televisión y la prensa, como son las redes sociales, que convierten en opinión (primero) y en realidad (después) las intensiones de los que de una u otra manera representan a la sociedad local, regional o nacionalmente, van dejando en el plano de lo inútil el debate técnico, la lógica argumental y las evidencias (siempre palpables) al momento de construir la realidad social que nos rodea. Ahora importan más los vídeos en facebook, los mensajes en twitter, el esnobizmo en instagram y el pago de moldeadores de opinión (influenciadores) para hacer que el despilfarro de los recursos públicos se interprete como "gestión", que la improvisación pase como "aprendizaje" o que al nefasto continuísmo se le denomine "cambio". Los graves efectos de estas dinámicas se pueden ver en los resultados del referendo por la paz en Colombia (2016), Referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea -BREXIT-(2016), o las elecciones de los Estados Unidos (2016).