martes, 11 de mayo de 2021

¿Qué es lo que está en crisis en Colombia ?

Con las imágenes en la retina de redes sociales, chats de mensajería y telediarios escribo unas líneas para realizar una reflexión sobre la pregunta recurrente para muchos (dentro y fuera del país), ¿que pasa en Colombia?, ¿de qué trata la crisis?, ¿quienes son los culpables o qué la origina? Trataré de hacer una breve exposición al respecto ampliando el marco temporal, político y social para dar elementos que lejos de buscar convencer y ganar adeptos, pretenden dar elementos de juicio para que saquen sus propias conclusiones. 

Comprender la situación actual sin reconocer aspectos históricos es cercenar una buena parte de las causas inherentes de cualquier situación, y esto, combinado con los aspectos políticos y sociales ayuda a la compresión de fenómenos de índole humano tanto en colombia como en cualquier otra latitud. Hacer un acto de reduccionismo tomando solo el espacio temporal copado por el fenómeno marchista desde el 28 de abril, sería faltar a la verdad y caer en conclusiones simplistas y desacertadas con cierto tinte oportunista, como lo han hecho ya en otros espacios, y es una tentación en la que no voy a caer. 

Desde la óptica histórica, comprender este fenómeno implica hacer una revisión de la  política económica propuesta y ejecutada por los líderes políticos de nuestro país, tras la liberación de la corona española el territorio nacional que históricamente había tenido una economía extractiva, de explotación de recursos naturales tuvo pocos incentivos para el desarrollo industrial del país. A esto le acompañaron el hecho de que la geografía colombiana era agreste, las instituciones creadas por la corona española era de tipo extractivo, con relaciones jerárquicas muy fuertes y sin ninguna apropiación de conocimiento en el entorno más que el propio de economías incipientes y un entorno bastante convulsionado porque desde la independencia en 1819 hasta 1903 hubo aproximadamente 21 guerras civiles derivadas de temas no resulto por el movimiento libertario en el camino a la construcción del estado nación que hoy somos . 

Así nos tomó el XX, con evidentes retrasos en infraestructura, gobierno, educación y demás aspectos sociales, pero no sin el suficiente dogmatismo (pulido como cristal entre un bando y el otro) tanto en lo religioso como en lo político, las guerras no sanaron heridas y se construyó una cosmovisión donde para acabar con los conflicto no había que negociar, sino acabar con el otro, con el disidente, la economía igual no despegó y ya para mitad de siglo (1950) Colombia era un país pobre mientras Argentina y Brasil ya eran potencias en franco desarrollo , con una estructura económica endeble y serios atrasos en educación, salud e infraestructura, y con gobiernos altamente corruptos pero que conservaban una base ideológica dogmática que llevó a la última guerra que conocemos, "la violencia"; nacida del descontento social y en el marco del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, el fenómeno enfrentó a hombres pobres en ciudades y campos a los llamados de guerra de sus líderes, quienes se asesinaban solo por el hecho de ser contradictores políticos. Seguramente las historias y libros no hagan honor a la barbaridades que se cometieron en aquellas épocas, pero la combinación de formas de lucha llevo a los líderes en el poder a usar las fuerzas armadas (con un alto componente de adoctrinamiento político) contra el otro bando y es allí cuando nacen los movimientos guerrilleros que aun persisten (en algunos casos con la misa validez política que entonces, pero sin la misma validez ideológica), aunque ya por la degradación del conflicto y sus largas batallas (no confrontadas) aquejan el desgaste de no representar los ideales que defendieron en su nacimiento. 

La solución "salomónica" del Frente Nacional, otro vergonzoso episodio de nuestra realidad política que para zanjar el conflicto y finalizar hostilidades urgieron los partidos políticos de su tiempo, dividió milimétricamente el ejercicio del poder de la nación (incluido el presupuesto de la nación), creando una especie de pacto de impunidad en el uso de los recursos so pena de no romper el delicado equilibrio que planteaba el acuerdo celebrado tras bastidores por los líderes naturales de cada partido. Todo lo anterior en el marco de un la aplicación de un modelo económico espúreo basado en la exportación de materias primas, un aparato industrial raquítico y poco competitivo gracias al modelo Cepalino de sustitución de importaciones con altos aranceles que fue aprovechado por una élite empresarial mediocre para aprovechar su condición de monopolio en unos casos, oligopolio en otras, para extraer el mayor valor posible del consumidor y enriquecerse a costa de sus ventajas, en una economía bastante protegida por aranceles hasta finales de siglo (1990), cuando estableció la denominada "apertura económica" que tiro al suelo la poca estructura industrial debido a su baja competitividad, tecnificación e innovación. 

Así llegamos el inicio de este siglo, con todas las deficiencias y errores acumulados en los siglos pasados pero con la intención férrea de nuestros líderes políticos de insertarnos en la economía global a través de la firma de tratados de libre comercio -TLC- bastante beneficiosos para las contrapartes que inundaron la economía colombiana de toda clase de mercancías a precios ridículamente bajos que el aparato económico local no sería capaz siquiera de igualar. En lo económico las últimas tres décadas fueron el paso de una economía industrial espuera, pobre en capacidades e innovación, personal poco calificado, pocos o nulos avances en innovación y desarrollo tecnológico y la respuesta institucional desde lo político se basó en otorgar beneficios tributarios a empresas para instalarse en el país, endogenizando capacidades inexistentes a nivel local mediante zonas francas para promover articulaciones imposibles por las asimetrías lógicas entre industrias locales y extranjeras. 

Todo lo anterior, tranversalizado por la persistencia del movimiento guerrillero y la cruenta y terca lucha del estamento político contra ella (a falta de interés real para negociar el fin del conflicto) y el crecimiento exponencial de narcotráfico con la consecuente influencia de esta subcultura a nivel político, social y económico del país, hasta el punto que se puede decir que el país después de la muerte de Pablo Escobar, lejos de acabar con el narcotráfico, se traquetizó. 

A nivel político, la concentración de poder político derivado de las formas definidas por la ley para acceder al poder, generó la construcción de feudos electorales, cacicazgos regionales y la desconfiguración del propósito de la división de poderes del orden nacional, regional y local. Hoy día un concejal no representa el control político y contrapeso necesario en el ejercicio del poder porque hace campaña con los ordenadores del gasto (alcaldes), dependen de la burocracia para armar sus campañas de elección y reelección y los altos costos de financiación hacen que sea imposible acceder a estos cargos sin comprometer importantes capitales, que de ninguna manera es posible recuperar por la vía de ingreso derivado del salario, lo que convierta a estos en verdaderos mercenarios del tráfico de influencias, de la contratación local y de los intereses del gobernante de turno, La situación es igual tanto para mandatarios locales y regionales, representantes a Cámara y Senado, y demás figuras de elección popular. 

A nivel económico, la política implementada poco ayudó a construir un entorno favorable al desarrollo industrial y nos volvimos importadores natos de productos terminados, la producción industrial es escasa y casi siempre para consumo local como el ensamble de motos y vehículos, con poca participación en el apartado de exportaciones, que siguen siendo lideradas por materias primas como café, carbón, ferroníquel  y petróleo y sus derivados, con cadenas de valor altamente concentradas en la extracción y su envío a otros países (a excepción del café) y que poco valor agregado llevan en general. El resto de la economía es una economía centrada en los servicios con algún valor agregado (BPO, KPO) pero altamente dependiente de las fluctuaciones del mercado internacional, y finalmente, de las remesas que aportan un flujo importante de dinero para las economías domésticas merced a la gran cantidad de migrantes que existen de nuestro país en todas latitudes del globo terráqueo y que se estiman en alrededor del 10% de la población total. 

Finalmente, a nivel social, las políticas de estado poco o nada han hecho por la educación pública y mucho menos hablar de calidad. La poca infraestructura existente está derruida, la financiación es precaria y la fuerza laboral ostenta cargas a veces inadmisibles, además de soportar el constante saboteo de su trabajo (especialmente desde sectas ideológicas de extrema) acusandoles de perezosos y adoctrinadores por fomentar el pensamiento crítico y analítico que tanto requieren los ciudadanos para el desarrollo de sus capacidades y su potencial humano y económico. El acceso a la educación es bajo, los incentivos para permanecer son pocos y los réditos del estudio pocos. Al ser un país con un aparato productivo precario, los trabajos (generalmente ideales para técnicos y tecnólogos) son mal pagos, en empresas con poca o nula capacidad e innovación y con ambientes laborales tóxicos, que motivan a los recién graduados a migrar internamente en el país o fuera de él en busca de oportunidades.

Todo lo anterior es un breve recuento del contexto histórico, político y social que ha vivido el país (pude haber omitido algo así que si lo consideran me disculpan) para darle un marco a la discusión y pasar a las conclusiones que generó y está generando la condición actual del país.

CONCLUSIONES

1. El sistema político administrativo da poca o nula representatividad a los ciudadanos, quienes se eligen no representan sus necesidades sino una agenda personal donde prevalece el interés económico personal, ya que el poder económico es el único que garantiza que se pueda hacer elegir nuevamente para el cargo actual o uno mayor. En ese orden de ideas el concejal no representa las necesidades de ninguna comuna, el alcalde no representa las necesidades e intereses de su municipio, los diputados y el gobernador no representan los intereses reales del departamento, etc, etc., lo que no impide que se use la demagogia para hacerle creer a los electores que comprenden y atienden sus necesidade, es decir, manejan una doble agenda en donde en público se dice una cosa, pero en privado el discurso es distinto. 

2. En la agenda política entonces, no priman los intereses generales, la discusión profunda y real de los problemas, las causas y posibles soluciones, sino una agenda de intereses personales que pasan por pignorar el voto en favor de los intereses que se presenten en el momento, da lo mismo si es la concesión ventajosa para un peaje de una vía que podría ser más económica, el manejo de influencias para la explotación minera en áreas de reserva ambiental o la aprobación de un cupo de endeudamiento excesivo para el territorio y que promueve el derroche económico a costas de poder pagar favores políticos en forma de burocracia que le garanticen un redito económico. 

3. Otro de los problemas importantes es que los planes de desarrollo son construidos por los mandatarios elegidos para el periodo, lo que motiva y alimenta el interés por crear "negocios" dentro de los mismos en alianza con grupos económicos locales o internacionales, se desvirtúan los intereses generales y se les imprime un sesgo innecesario basado en las ideas y creencias de partido y de líder, lo que genera cortos circuitos con la realidad local y lo que se requiere para promover realmente el "desarrollo" humano y económico. 

4. El aparato burocrático aumenta estimulado por el gasto público y tiende a asfixiar al contribuyente debido a las pretensiones de un "gobierno" de turno que tiene pocos incentivos para la moderación en el gasto, la austeridad presupuestal y tino en las decisiones, pues se sostiene con la burocracia, las comisiones por contratación y las coimas por saltarse la institucionalidad en favor de terceros.      

5. El sistema económico construido consta entonces de muchas micro y pequeñas empresas (alrededor del 90%) y muy pocas empresas medianas y grandes (alrededor del 10% restante). También los grandes capitales formados durante el siglo pasado y que por un buen tiempo fueron prácticamente monopolio lograron cooptar el aparato ejecutivo haciendo redactar leyes que luego se convirtieron en barreras de entrada a la competencia tanto local como internacional, y que mantienen en firme con un fuerte lobby institucional y la financiación de campañas de distintos candidatos (Senado, Cámara, Presidencia), lo que impide que dichas leyes sean derogadas y sus privilegios perpetuados. Buena parte de los políticos son pasados de esta manera al bando de quienes detentan grandes capitales e intereses e impiden cambios estructurales en la economía. 

6. Grandes capitales de este país, aunados a políticos corruptos e incluso empresas extranjeras han creado en algunos casos (concesiones por ejemplo), o se han apropiado de empresas estatales (venta de activos de la nación a precios irrisorios), o derrochan recursos públicos (auxilios) concentrando rentas en muy pocas manos, además con privilegios fiscales enormes derivadas de teorías caducas como la teoría del derramamiento, mientras el resto de la economía en forma precaria no puede invertir en innovación y desarrollo tecnológico, tiene capital humano poco formado y cargas tributarias fuertes con lo que no puede ni siquiera competir por permanecer en el mercado y cada vez más son sustituidas por productos o servicios importados. 

7. Visto lo anterior, la economía colombiana está dividida en dos: la primera un grupo importante de empresas que pertenecen a la economía formal y producen bienes y servicios básicos sin mayor sofisticación pero con muy baja productividad, altos costos y conforman un mercado de supervivencia, la segunda, un reducido grupo de empresas grandes pertenecientes a conglomerados económicos que tienen un escudo importante ante la competencia, creado por barreras legales, políticas y demás que impiden la verdadera competencia (Ejemplo: Bancos) y tienen condiciones de tributación pirricos. 

8. Finalmente, una política económica implementada a través de la historia de manera desacertada, baja o casi nula inversión en investigación, desarrollo e innovación, y un ejercicio de la política corrupto, aunado a un dogmatismo político y religioso enorme (con líneas confusas entre política y religión) han creado un caldo de cultivo que la pandemia solo vino a profundizar, y del cual no se sale solo bajando un presidente o reduciendo el congreso, sino que requiere cambios mucho más profundos y menos estéticos.  

 

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